El que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto. Aleluya.
Reflexiones sobre las lecturas del Sexto domingo de pascua - (9 de mayo 2021): Hechos 10,25-26.34-35.44-48; Salmo 97; 1 Juan 4,7-10; Juan 15,9-17
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
El amor de Jesus no es el que busca el placer o aún más la felicidad en sí mismo. El amor de Jesus es aquel que busca dar vida, que busca la felicidad de todos aquellos a quienes se ama.
Este sexto domingo de pascua, por medio del evangelista Juan, nos trae el amor como uno de sus temas centrales. Pocas palabras deben saturarnos tanto en el lenguaje cotidiano como es esta: “el amor” la escuchamos en una canción de moda, en voz de un conductor/a de televisión o en los protagonistas de uno de los “reality show”, en el lenguaje político, en referencia al sexo, etc. La palabra o tema sobre el amor se usa en tantos ámbitos y en cada uno significa algo diferente, pero sin embargo ¡Es la misma palabra!
El amor en sentido cristiano no es sinónimo de un amor sensual, simplemente placentero como se pudiera entender en el lenguaje cotidiano y posmoderno. El amor de Jesus no es el que busca el placer o aún más la felicidad en sí mismo. El amor de Jesus es aquel que busca dar vida, que busca la felicidad de todos aquellos a quienes se ama. Es aquel que nos hace buscar el bien común sobre el bien individual. Nada es más liberador que el amor, nada hace crecer más a los demás como el amor, nada es más fuerte que el amor. Este tipo de amor lo aprendemos del mismo Jesus con su palabra y más con sus acciones él nos enseña que “la medida del amor es amar sin medida.”
En las lecturas de este día, el evangelista Juan también nos ofrece una propuesta a cerca de la unidad: El amor es fruto de una unión. El amor es fruto de “permanecer unidos” a aquel que es el amor verdadero. Esta permanencia supone un compromiso, un mandamiento, una decisión de comprometerse, la cual nace del mismo amor. De esta manera somos libres de amar también hasta el extremo, somos capaces de dar la vida para engendrar más vida.
Esta manera de entender el amor es “es el mayor entendimiento” es el amor que condujo a Jesus a aceptar la muerte a la que lo condenaban los violentos, los que no pudieron aceptar su mensaje, ni sus cuestionamientos. A este amor somos invitados como sus discípulos. Es este amor hoy, la propuesta que nos plantea la historia como misioneros. Hoy somos invitados por él, con él y en él, para amar movidos por una estrecha relación con el padre y con el Hijo.
¿Cómo mostramos nuestro amor a Dios y al prójimo?
¿Vivimos nuestra fe y nuestra vida con un amor al estilo de Jesus?