El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre
Reflexiones sobre las lecturas de la memoria de Santo Tomas de Aquino (28 de enero, 2020): 2Sm 6,12b-15.17-19; Salmo 23; Mc 3,31-35
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Celebramos hoy la memoria de Santo Tomas de Aquino, hombre de ciencia y de fe. Maestro y teólogo. Santo Tomas dedico su vida al estudio y la oración; a la enseñanza y la predicación. Su íntima relación con Jesus lo llevo a retomar su discipulado y su misión en el contexto histórico que le tocó vivir. La obra y acción misionera de Santo Tomas de Aquino ha impactado a la Iglesia desde sus tiempos hasta ahora.
“Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.” El evangelio de Marcos que nos trae la liturgia hoy nos presenta el absurdo comportamiento de los seres humanos quienes enfrentados a las palabras y acciones de Jesus eran incapaces de entenderlas y mucho menos integrarlas en sus vidas, concluyendo que Jesus no estaba en sus cabales.
¿Alguna vez has sentido la protección de tu familia?
Quizás alguna vez hemos tenido esa experiencia. En general las familias se defienden y se protegen en especial en momentos de dificultad. Especialmente las madres están pendientes de sus hijos. Jesus, Maria y sus parientes, como familia viven esta situación. Jesus ha sido señalado de estar endemoniado o enloquecido y ellos van en su búsqueda para protegerlo.
La respuesta de Jesus, frente al aviso de que su madre y sus hermanos están fueran y lo buscan, requiere nuestra atención, pues dirigiendo la mirada hacia los que están adentro con él, Jesus responde: “Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.” Jesus en ese momento define y aclara otra novedad del Reino del Padre, otra buena nueva: Una nueva relación nace de aquellos que escuchan su palabra y la integran a su vida. Una nueva solidaridad es necesaria para ser artífices, artesanos de la construcción del Reino.
Esta relación de los discípulos misioneros va más allá del vínculo de sangre, la universalidad del proyecto de Dios transciende fronteras, culturas e idiomas y nos convoca en una comunidad de discípulos de Jesus listos para ir a las periferias, donde necesitan escuchar el mensaje y llevarlo a la acción. Una Iglesia siempre en salida que vibre con un solo corazón, el corazón de Cristo en una sintonía con él, por él y en él.
Pidamos en esta eucaristía que como discípulos siempre nos sintamos miembros de esta familia cristiana que es la Iglesia y que Santo Tomas de Aquino, con su fe y sus enseñanzas nos acompañe y fortalezca nuestros esfuerzos misioneros. Que nuestra fe sea fortalecida por nuestra razón y que esta, sea iluminada por nuestra fe.