Celebremos la maternidad de Santa Maria Virgen y adoremos a su hijo Jesucristo, el señor
Reflexiones sobre las lecturas de Santa Maria, Madre de Dios - (1 de enero 2022): Nm 6,22-27; Salmo 66; Gál 4,4-7; Lc 2,16-21
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Paz de Dios y Paz con Dios. ¿a quién/es le darías tu esta bendición hoy? ¿Cómo asegurarnos que esta bendición pase de generación en generación?
"El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz.” Esta bendición que en el pueblo judío paso de generación a generación llega hoy a nosotros los cristianos. No se trata de bendiciones mágicas, sino de una combinación de la acción de Dios en nosotros, que debe pasar a la acción de nosotros mismos para llevarla a su cumplimiento.
Una bendición que nos hace protagonistas en la búsqueda de la paz. Paz con nosotros mismos y paz en nuestras familias y comunidades. Paz de Dios y Paz con Dios. ¿a quién/es le darías tu esta bendición hoy? ¿Cómo asegurarnos que esta bendición pase de generación en generación?
En este tiempo que hacemos nuevas promesas, que queremos empezar una nueva página en nuestras vidas, que buscamos corregir y olvidar errores, que queremos comenzar con buen pie y darnos una nueva oportunidad. Que mejor que comenzar con una bendición. Bendigamos al señor por todo lo que hemos vivido y por el nuevo año que esta delante de nosotros con nuevas oportunidades y nuevos intentos. Pidamos a Dios que nos alumbre el camino para ser protagonistas de un mundo mejor, discípulos misioneros de Jesus en una Iglesia que quiere ir a las periferias existenciales y físicas para encontrase con otros en búsqueda de la paz.
Jesus nacido de mujer y bajo la ley, llega en medio de la debilidad, en la pobreza, fuera de la ciudad, en un pesebre pobre para solidarizarse con los humildes, sencillos y marginados. Maria la mujer, quien acepto ser instrumento de Dios para comenzar esta historia de encuentro entre lo Divino y lo Humano va con nosotros. A través de este acto de Amor, Dios ya no bendice solamente de palabra, sino con la presencia de su hijo. Y con el nadie queda marginado de esta realidad.
Que este año sea Maria, la madre de Dios y madre nuestra, la que nos ayude también a estar dispuestos, con los ojos abiertos, los pies en la tierra y el corazón palpitante para que seamos signos activos de bendición. Que con nuestras acciones y nuestra voz podamos compartir tan profunda bendición en nuestra familia y comunidad y juntos vayamos al encuentro de la paz:
“Que el Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz.”