¡Tú eres Señor mi heredad!
Reflexiones sobre las lecturas de San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia (13 de septiembre, 2019): 1Tim 1,1-2.12-14; Salmo 15; Lc 6,39-42
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
San Juan Crisóstomo ha sido venerado por toda la Iglesia cristiana, tanto oriental como occidental por su valiente testimonio en defensa de la fe y su generosa entrega al trabajo pastoral. Ha sido reconocido como Padre y Doctor de esta por su magisterio doctrinal y predicación, así como por su amor por la liturgia. Su fama de predicador quedo consagrada en el siglo VI, con la atribución de nombre en griego “Crisóstomo” que significa “Boca de oro.”
San Juan Crisóstomo nació en el siglo IV en Antioquia de Siria, ciudad que se encontraba en la ruta del mar mediterráneo a Mesopotamia y Siria. Dedico gran parte de su tiempo a la vida acética en el desierto de Siria. Dedicándose a la oración, al ayuno riguroso y al estudio de las escrituras. En el Año 386 es ordenado presbítero y dedico doce años de este ministerio a la predicación de la palabra, a la oración y a la actividad literaria.
En su predicación se enfoco en fortalecer la unidad de la Iglesia y la identidad cristiana, temas de vital importancia en ese momento histórico en que la Iglesia era amenazada desde el exterior e interior de esta.
Fue consagrado obispo de Constantinopla en el año 398. Entre los obispos de esa época sobresalió por su celo misionero. También denuncio con determinación el contraste que existía en la ciudad entre el despilfarro de los ricos y las necesidades extremas de los pobres. Predicando sobre la carta a los Hebreos, por ejemplo, afirmó que la ayuda material de la Iglesia debe llegar a todos los necesitados, sin tener en cuenta su credo religioso: “El necesitado pertenece a Dios, aunque sea pagano o judío. Aunque no crea, es digno de ayuda.”
Que este día que celebramos a San Juan Crisóstomo, Obispo y Doctor de la Iglesia, incrementemos nuestros esfuerzos para conocer más de él, recodemos sus enseñanzas y profundicemos nuestra fe en Jesus a través de su devoción, y que así, podamos anunciar la buena nueva y a la vez denunciar todo lo que está en contra esta. Que junto a San Juna Crisóstomo podamos proclamar hoy: ¡Tú eres Señor mi heredad!
