El justo florecerá como lirio y se alegrará eternamente ante el Señor
Reflexiones sobre las lecturas de San Jose esposo de la virgen Maria. Solemnidad - (19 de marzo 2021): 2Sam 7,4-5a.12-14a.16: Salmo 88: Rom 4,13.16-18.22: Lc 2,41-51a o Mateo 1,16.18-21.24a
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
San Jose nos refleja una espiritualidad que no explica, sino que recibe, que acoge.
El papa Francisco con su carta apostólica Patris corde (Con corazón de padre) conmemora el 150 aniversario de la declaración de San Jose como patrono universal de la Iglesia y por esa razón es año 2021 se dedica especialmente a él.
Hoy celebramos la solemnidad a San Jose, en medio de la pandemia de COVID 19 y sus consecuencias, cuales nos ha enseñado a valorar y comprender a la gente común, a esos silencios personajes que, lejos del protagonismo, trabajan y se esfuerzan ejerciendo la paciencia e infundiendo la esperanza cada día. Dándonos un claro ejemplo de solidaridad y responsabilidad personal, familiar y/o social. San Jose “el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta.” Que tiene un protagonismo sin igual en la historia de salvación. Hoy podemos ver su persona y tomar su ejemplo como ser humano, como hombre, como Padre y esposo.
San Jose es el Padre amado, tierno y obediente. San Jose es la pieza clave que une el antiguo y nuevo testamento. Su paternidad la entrego y realizo al servicio de Dios a través de acompañar nada menos que a Jesus. San Jose es también ejemplo de obediencia con su “si” a Dios para cumplir con su llamada personal.
San Jose es el Padre de la acogida de la voluntad de Dios y del prójimo. San Jose dijo si a Dios y en ese sí, acogió a Maria sin poner condiciones, aun frente a circunstancias que no entendía. San Jose deja de lado los razonamientos, y simplemente recibe a Maria como su esposa. Actitud que le ayuda a reconciliarse con la vida. San Jose nos refleja una espiritualidad que no explica, sino que recibe, que acoge. No nos equivoquemos con esta esta actitud la cual no significa resignación pasiva, sino acción y protagonismo valiente y fuerte lleno de esperanza. La fortaleza del espíritu siempre está llena de esperanza.
Dios todo poderos, que, en los albores del nuevo testamento, encomendaste a San Jose los misterios de nuestra salvación. Haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la intercesión del esposo de Maria, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo (De la liturgia de las horas)