Misión en la Escritura

San Jerónimo - 30 de septiembre, 2019

Written by Equipo MISSIO | Sep 24, 2019 6:12:40 PM

Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios con verdad y con justicia  

Reflexiones sobre las lecturas de San Jerónimo, sacerdote y doctor de la Iglesia (30 de septiembre, 2019): Zac 8,1-4; Salmo 101; Lc 9,46-50

MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.

 “Si como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo.” Celebramos hoy la memoria a San Jerónimo, sacerdote y doctor de la Iglesia, y comenzamos nuestra reflexión con una de sus frases, la cual nos deja claro la finalidad de su vida y obra: Presentarnos a Jesus y su buena nueva a través de las Sagradas Escrituras

San Jerónimo, uno de los cuatro grandes padres y doctores de la Iglesia latina. Gran escritor, con profundo amor por Cristo se consagro al estudio de la palabra de Dios. Es el gran apóstol del ascetismo antiguo. Gracias a él, la Iglesia latina pudo aprovechar la herencia de los Padres griegos y tener acceso genuino de las Sagradas Escrituras.

San Jerónimo nació en el siglo IV en Stridon, Dalmacia. Una región que se encuentra en la costa del mar Adriático que pertenece a Croacia. Perteneciente a una familia de muy buenos recursos económicos, estudio en Roma con los mejores maestros de la época. Dedicándose aquí al estudio del filósofo Cicerón. Luego viaja a Francia donde abandona la filosofía y se dedica al estudio de la Palabra de Dios. Aquí, estudia el griego y el hebreo. Cuando tiene treinta años es ordenado sacerdote en Antioquía.

En el 382 es llamado por el Papa Damaso para que colabore en la revisión del texto bíblico y así pudiera ser publicada la versión bíblica para el pueblo que hoy llamamos la vulgata. Tres años después decide ir a Jerusalén, donde fundo monasterios de mujeres y de hombres, se dedicó a enseñar. Luego, se trasladó a Belén donde vivió unos treinta años. Es aquí en Belén donde termina la traducción de la Biblia desde el hebreo y donde hace sus comentarios a los textos santos. Jerónimo murió en el año 420.

Que al celebrar la memoria de San Jerónimo, sacerdote y doctor de la Iglesia y recordar su importante aporte al estudio bíblico. Tomemos y/o renovemos el compromisos personal y comunitario de abrir espacios para conocer y orar más frecuentemente con la Palabra de Dios. En nuestras casas, en reuniones y grupos pastorales. Reconociendo que, a través de ella, llegamos a un mejor conocimiento de la persona de Jesus, quien nos muestra el Amor del Padre, en el poder del Espíritu Santo.