El amor se ha de poner más en las obras que en las palabras
Reflexiones sobre las lecturas de San Ignacio de Loyola. Memoria - (31 de julio 2021): Lev 25,1.8-17; Salmo 66; Mt 14,1-12
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Hoy podemos retomar esta afirmación para todos los discípulos misioneros y en el espíritu de San Ignacio aceptar como centro de nuestra vida a Jesucristo.
Hoy que celebramos la fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de la compañía de Jesus, conocidos como los Jesuitas. San Ignacio contribuyó muchísimo a la restauración católica del siglo XVI y la renovación de la actividad misionera de la Iglesia. La compañía de Jesus extendida hoy en muchos países del mundo, sigue reflexionando en su carisma y sigue actuado por medio de sus miembros e instituciones refirmando que la misión de Jesus es para todos en la Iglesia
El padre Arturo Sosa S.J. en el 2017 en su artículo “nuestra vida es misión, la misión es nuestra vida.” (www.Jesuitas.co ) al hablarnos sobre los rasgos fundamentales de la compañía de Jesus nos dice que “El amor a Jesucristo es el único motivo para asumir este estilo de vida, en pobreza evangélica y cercanos a los pobres, la disponibilidad para ser enviados en misión y el estar juntos en comunidad de discernimiento y compromiso apostólico, son los rasgos fundamentales de un cambio en sus vidas que hizo posible la fundación de la Compañía de Jesús.
Hoy podemos retomar esta afirmación para todos los discípulos misioneros y en el espíritu de San Ignacio aceptar como centro de nuestra vida a Jesucristo. Esta ruta debe llevarnos a la construcción de la comunidad en un espíritu de discernimiento y compromiso apostólico continuo, Una comunidad en la que tengamos un estilo de vida autentico, de pobreza evangélica y cercanía a los pobres que nos identifique con el mismo Jesus.
¿Cómo lograrlo?
El mismo P. Arturo nos menciona varios elementos de los cuales mencionaremos dos:
Primero, la conversión personal. Una dimensión necesaria, ya que es la reconciliación interior que nos lleva a la libertad interior, la cual nos hace estar disponibles a la misión. Segundo, la conversión comunitaria, la cual es también una exigencia de la unidad que existe entre vida y misión, ya que estamos llamados a construir juntos una comunidad de discípulos para llevar a delante la misión. En esta acción comunitaria juegan un papel muy importante los sacramentos y en especial la celebración de la eucaristía en memoria de Jesus, la cual no es solo un recordar, sino un actualizar su presencia en medio de nosotros. No hacer memoria o perder esta, nos lleva a caer en la opresión, el odio, la esclavitud, a la idolatría etc.
Pidamos hoy a Dios que por intercesión de San Ignacio podamos seguir nuestro proceso de conversión personal y comunitario para entender la unidad que existe entre nuestra vida y la misión.