Que suceda conforme a vuestra fé
Reflexiones sobre las lecturas de San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia (7 de diciembre, 2018): Is 29,17-24; Salmo 26; Mt 9,27-31
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
“Quien educa en la fe …debe ser como el discípulo amado, que apoyó la cabeza sobre el corazón del Maestro, y allí aprendió su manera de pensar, de hablar, de actuar. En definitiva, el verdadero discípulo es el que anuncia el Evangelio de la manera más creíble y eficaz.” (San Ambrosio)
En esta primera semana de adviento, San Ambrosio, Obispo y doctor de la Iglesia, nos acompaña con su ejemplo y palabra, especialmente a los que tenemos algún apostolado o ministerio en la Iglesia.
Este santo, es uno de más famosos doctores que la Iglesia de occidente tuvo en la antigüedad, junto a San Agustín, San Jerónimo y San Leon. San Ambrosio nación en Tréveris, Alemania en el año 340. Muy bien educado y con un especial don de la palabra, se especializo en hablar en público y se dedicó a la abogacía. Cuando tenía apenas 30 años fue nombrado gobernador de todo el norte de Italia con sede en Milán. Ciudad en la que muy pronto se ganó las simpatías de la gente, por su manera de gobernar y relacionarse con ellos. A la muerte del arzobispo de Milán, fue aclamado obispo por el pueblo y reafirmado por un decreto del gobernador.
A partir de ese momento San Ambrosio, comienza a instruirse para servir de la mejor manera al pueblo. Dedica su tiempo a la lectura de biblia, la cual llega a comprender maravillosamente, también lee escritos de otros autores reconocidos con San Gregorio y San Basilio. Una vez ordenado sacerdote y consagrado obispo, se dedica a instruir a los fieles en su religión. Murió en el año 397 a los 57 años.
Los Aportes y enseñanzas de San Ambrosio a la comunidad de discípulos son muchas, especialmente con su dedicación y empeño para conocer la biblia, introdujo en occidente la Lectio Divina o escucha orante de la Palabra de Dios. de esta manera nos invita hoy a ser asiduos a la Palabra de Dios, con actitud de oración para poderla recibir y asimilar en el corazón. Retomemos en este adviento su enseñanza y ejemplo, para prepararnos a recibir a Jesus en nuestra vida y en nuestra comunidad y digamos junto con este santo: ¡Cristo es todo para nosotros!