Sagrado corazón de Jesus, en vos confío
Reflexiones sobre las lecturas de Sagrado Corazón de Jesus (28 de junio, 2019): Ezequiel 34,11-16; Salmo 22; Romanos 5,5b-11; Lucas 15,3-7
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Celebramos hoy la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesus. El papa Francisco nos afirma que podría decirse que hoy celebramos “la fiesta del Amor de Dios” (Homilía 2018) Esto trae a la memoria una canción sobre este tema, que es muy conocida en la mayoría de los países donde se habla español, (si la conocen o tienen una canción parecida, los invito a cantarla): “El Amor del Señor es maravillo, grande es el amor de Dios: Tan alto que no puedo estar arriba de Él. Profundo que no puedo estar abajo de Él. Tan ancho que no puedo estar afuera de El.”
El Amor de Dios no tiene límites, su grandeza se deja encontrar en la ternura, en acciones sencillas y muy humanas. Jesus no nos pide grandes discursos sobre el Amor, nos invita a que junto a el hagamos acciones concretas para dejarnos amar y poder ser puentes de ese amor para otros.
Celebrar el corazón de Jesus hoy, es una oportunidad de reflexionar sobre algunos atributos de este Amor de Dios para abrirle más nuestra vida y darnos cuenta de que siempre ha estado y estará con nosotros:
Dios nos ama primero, recordemos que es Dios quien nos ama primero, es su iniciativa amarnos, salir a buscarnos es su gozo. Nosotros solo podemos abrir nuestra vida a su iniciativa y recibirlo.
El Amor de Dios es ilimitado, el Amor de Dios no tiene límites. Para nosotros es difícil entenderlo, pues somos limitados, es por eso por lo que muchas veces no lo aceptamos. El amor de Dios supera nuestro entendimiento y nuestro propio amor.
La pedagogía de Dios que nos ama, la revelación de este amor se muestra en la historia de salvación. Para reflexionar y ver algunas características del Amor de Dios, debemos revisar y reflexionar en la historia de salvación, en ella podemos descubrir la pedagogía de Dios. Así podremos encontrar su cercanía en nuestra historia personal y comunitaria.
La grandeza del Amor de Dios se encuentra en la pequeñez, Dios envió a su Hijo, pero lo envió como ser humano, y el Hijo “se humilló a sí mismo hasta la muerte”. Éste es el misterio del Amor de Dios: la grandeza más grande expresa la pequeñez más pequeña, solo así se podemos entender nuestra vida cristiana y lo que nuestro discipulado misionero requiere
Finalmente, recordemos que la celebración del Corazón de Jesus, no requiere grandes discursos, sino acciones concretas que sean semilla de este amor de Dios que permite germina la vida, la libertad, el perdón, la solidaridad, la justicia y la paz.