Misión en la Escritura

Quinto domingo de pascua - 2 de mayo, 2021

Written by Equipo MISSIO | Apr 27, 2021 6:47:07 PM

El que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto. Aleluya.

Reflexiones sobre las lecturas del Quinto domingo de pascua - (2 de mayo 2021): Hechos 9,26-31; Salmo 21; 1 Juan 3,18-24; Juan 15,1-8

MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.

Que este domingo reafirmemos nuestra misión como Iglesia y llevemos este mensaje con nuestras palabras y acciones...

Llegamos al quinto domingo de pascua. El domingo pasado Jesus se presentaba como el buen pastor, este domingo el evangelio de Juan nos lo presenta bajo la figura aun mas poderosa de la vid.  

Visualicemos un árbol o una planta frutal, la unión de las ramas al tronco y como nacen los frutos de este. Cómo cada rama de esa planta, cada uno de nosotros esta unido a Jesus. ¿Estamos dado los frutos esperados? ¿Qué sucedería si te rompes y caes al suelo? 

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo.” Pablo aparece hoy en la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, en la vida de las nuevas comunidades. Su respuesta al llamado de Jesus origino conflictos y muchos frutos a la vez. También podemos ver el rol de Bernabé, su carisma de apertura y reconciliación ante el conflicto y así abre la posibilidad de la aceptación de Pablo por el resto de la comunidad.  

Pablo sigue las huellas de Cristo y su vida empieza a peligrar. Con ayuda de la comunidad se mueve de lugar y sigue predicando con valor. El pasaje de hoy termina con una síntesis típica del libro de los hechos: Narra la expansión misionera de la Iglesia por la acción del Espíritu Santo. 

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. La primera carta del apóstol Juan nos invita amar a Dios, por medio de creer en su hijo Jesucristo y a compartir este amor con nuestros semejantes.  

"Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.” En el evangelio de Juan, Jesus usa el símbolo de la vid y las ramas para describir nuestra relación con el y el Padre. La rama no tiene vida propia; para dar fruto necesita la savia de la vid.  

Con este símbolo tan importante para el pueblo de Dios desde el antiguo testamento, Jesús nos reafirma que somos extensiones de él y que así cumple su promesa de estar con nosotros hasta el fin del mundo. Que este domingo reafirmemos nuestra misión como Iglesia y llevemos este mensaje con nuestras palabras y acciones para que demos mucho fruto.