Dios nos llama e ilumina
Reflexiones sobre el Segundo domingo de cuaresma (8 de marzo, 2020): Génesis 12,1-4a; Salmo 32; 2Timoteo 1,8b-10; Mateo 17,1-9
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
La liturgia de la palabra de este domingo nos presenta lecturas que nos invitan a un dialogo de corazón a corazón con Dios...
Hoy nos adentramos en la segunda semana del tiempo de cuaresma. La liturgia de la palabra de este domingo nos presenta lecturas que nos invitan a un dialogo de corazón a corazón con Dios, a revisar y mejorar nuestra escucha, para así tener una comunicación más profunda con él. Y como como consecuencia lógica, ser discípulos misioneros “en salida” que comunican, por medio de palabras y acciones, esta relación como buena nueva para otros.
Así en la primera lectura del libro del Genesis Abran, quien después será llamado Abraham, recibe un llamado particular “a salir” de sus seguridades a una tierra nueva. Al responder se convierte en “un buscador” de Dios en lo desconocido, en la diferente, y así también será “el padre de la fe” del único Dios Padre de las tres grandes religiones abrahámicas, como las llamaba San Pablo II.
¿Hemos escuchado la llamada de Dios a salir de nosotros mismos?
La segunda lectura de la segunda carta a Timoteo nos muestra que Pablo y las primeras comunidades cristianas integraron el evangelio con un espíritu abierto al amor y al servicio. Asumiendo sus consecuencias: “Dios nos ha salvado y nos ha llamado a una vocación santa”
¿Somos conscientes de los retos de llevar a buen término nuestra vocación?
El evangelio de Mateo nos presenta la transfiguración de Jesus rodeado de sus discípulos más cercanos, a los cuales revela su secreto más íntimo: ¡su ser de hijo de Dios! la presencia de Moisés y Elias muestra la unidad y continuidad de este tiempo de revelación, como historia de salvación con “la ley y los profetas.” Dios Padre confirma la revelación de Jesus, pidiendo a los discípulos que lo escuchen. ¿Estamos listos para escuchar a Jesus, de manera especial durante esta cuaresma? Preparémonos para dialogar y profundizar nuestra relación con él:
Señor, Padre santo de eterna sabiduría. Danos una mirada y un corazón capaz de transfigurar la realidad, para poder contemplar tu gloria aquí y ahora. Para que escuchando a tu hijo podamos encontrar nuestra vocación de servicio y así poder llevar a otros esta buena nueva que da esperanza.