Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo. Reciban el Espíritu Santo
Reflexiones sobre las lecturas de Pentecostés (Misa del día) (9 de junio, 2019): Hechos 2,1-11; Salmo 103; 1 Corintios 12,3b-7.12-13; Juan 20,19-23
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
¿Te das cuenta de la acción del Espíritu en tu vida?
¡Hoy celebramos pentecostés! Hoy celebramos la llegada del Espíritu Santo a cada uno de nosotros para llenarnos con su poder.
Pentecostés era una fiesta judía que tenía lugar cincuenta días después de a pascua y en ella Israel se celebraba la alianza con Dios en el Sinaí. Muchos judíos viajan a Jerusalén para celebrar esta fiesta y fortalecer su esperanza en esa alianza divina.
Es en este día de pentecostés, nos cuenta la primera lectura de los hechos de los apóstoles, que Dios volvió a renovar la alianza de una manera muy especial: Envío su Espíritu sobre los apóstoles para que estos pudieran seguir la misión de Jesus.
El nuevo Israel broto de esta manera. Así también la misión fue confirmada y la Iglesia irrumpe en la historia para llevarla a cabo. Los signos, que como resultado de la acción del Espíritu Santo, acompañaran siempre a la Iglesia en su misión los podemos notar en este texto: Unidad, oración, fuego, viento, valentía, entusiasmo y una fuerte convicción de los apóstoles para proclamar el evangelio, así como su capacidad de hablar en las diferentes lenguas para darse a entender con los que venían de diferentes partes.
La segunda lectura de la carta a los Corintios nos permite reflexionar en como el Espíritu Santo sigue prolongando su acción en cada persona y en la comunidad eclesial: Primero que nada uniéndonos a Dios, segundo nos hace reconocer que Jesus es el Señor, el hijo de Dios, el mesías prometido y tercero establece un vinculo de unidad entre los cristianos, vinculo que viene a formar parte importante de la espiritualidad cristiana, ya que cada uno nos convertimos en miembros vivos del cuerpo activo de Cristo que es la Iglesia.
Finalmente, el evangelio de Juan en un breve texto donde el evangelista nos presenta el encuentro de los discípulos con el resucitado el cual les ofrece la paz, su paz, el shalom, que es la paz integral, total. Esa Paz y bienestar que supera miedos que nos llevan a “cerrar puertas” y nos deja listos para recibir el Espíritu Santo y ser enviados a la misión.
Pidamos hoy a Jesus resucitado, que renueve su encuentro con nosotros, y que dicho encuentro, nos permita, superar los miedos y abrir las puertas a la acción del Espíritu Santo, para ser experimentar la alegría de evangelio y ser enviados a llevar esta buena nueva más allá de las periferias de nuestras realidades existenciales.