¿No estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra?
Reflexiones sobre las lecturas de la Nuestra señora de Guadalupe (12 de diciembre, 2018): Za 2,14-17; Jdt 13,18BCDE-19; Lc 1,26-38
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Hoy es día de fiesta, día de serenatas, encuentros y compartir. Hoy es el día de la guadalupana: “Desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana... bajó al Tepeyac.”
Es el canto más popular para hoy, un canto lleno de alegría y a la vez de un gran sentimiento de agradecimiento a nuestra virgen indígena, morena que nos revela la predilección de Dios por los pequeños, por los pobres y olvidados por la sociedad. Ella se acerca a nosotros hoy, como en el Tepeyac y toma los rasgos de nuestra propia cultura, nuestro propio lenguaje y acento para que nos asegurarnos que para Dios existimos y que, en él, nos movemos y existimos.
Ella viene hoy en este adviento y nos visita, se nos aparece para pedirnos llevar un mensaje, la buena nueva que da esperanza a otros que no creen. Hoy en nuestra jornada de preparación fijamos en ella nuestra mirada, subimos al Tepeyac de nuestra existencia y pausamos, nos encontramos con ella y la escuchamos. ¿Qué te dice la Guadalupana hoy?
A nosotros, como a San Juan Diego, Maria de Guadalupe sale a nuestro paso y nos pide que le construyamos un templo, si aquí mismo en nuestro ser. ¿Cómo puedes construir o renovar tu ser para ser un templo donde pueda morar Dios, acompañado de su madre? Hoy Maria de Guadalupe nos dice también: “No se turbe tu corazón” pues conoce nuestro caminar, nuestras preocupaciones, nuestros anhelos y sueños y nos pide descansar en ella como madre nuestra. ¿puedes o quieres abandonarte en este adviento en Maria de Guadalupe para que ella te lleve a Jesus?
Que como en pentecostés, junto al Espíritu Santo; Maria estuvo en medio del resto los discípulos de Jesus y así hizo posible el nacimiento de la Iglesia, nos acompañe con su presencia milagrosa de la Guadalupana a seguir y entender lo que es una Iglesia en salida, una Iglesia que se lanza en una Misión permanente a las periferias físicas y existenciales. Una Iglesia que lleva el mensaje de alegría del evangelio en si misma.
Pidamos entonces a nuestra madre Maria de Guadalupe. Que nos inspire respeto a los valores de cada cultura, reconociendo ellas las semillas del evangelio y buscar la unidad en la diversidad. Oremos también a nuestra señora de Guadalupe para pedir por la paz y la convivencia en justicia de todos los pueblos, en especial los pueblos latinoamericanos.