La Palabra se hizo carne y puso su morad entre nosotros. ¡Aleluya!
Reflexiones sobre las lecturas de la Natividad del Señor (Solemnidad) - (25 de diciembre 2021): Is 52,7-10; Sal 97; Heb 1,1-6; Jn 1,1-18
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
En el evangelio, Juan proclama un cantico, que muy probablemente, recitaban, también, las primeras comunidades cristianas, como nosotros proclamamos hoy el credo, al celebrar la eucaristía.
Llegamos a la celebración de la navidad del año calendario 2021. El adviento tiempo de preparación ha concluido. Las lecturas de la liturgia de la palabra nos traen textos bíblicos que nos hablaran de la llegada del hijo de Dios, el Enmanuel prometido, el hijo del hombre. Pongámosle toda nuestra atención y unámonos como Iglesia con alegría y esperanza, para recibir este mensaje: ¡Dios se hizo hombre y nos trae su buena nueva que nos llena de alegría y esperanza!
Isaías, en el antiguo testamento, nos presenta este bello himno de triunfo que brota de alguien que ha sido testigo de que Dios ha vencido a los que esclavizan a su pueblo. Jerusalén puede ser restaurada con su ayuda. Los pies del mensajero y los gritos de júbilo de parte de los centinelas son parte de los signos de alegría por la liberación. El pueblo canta la victoria, al experimentada la libertad, que a la vez fortalece la fe y da esperanza.
La carta a los Hebreos nos presenta un mensaje muy bien organizado. Un mini resumen de la historia de salvación hasta Jesucristo. Antiguo y nuevo testamento: promesa y cumplimiento de esta.
En el evangelio, Juan proclama un cantico, que muy probablemente, recitaban, también, las primeras comunidades cristianas, como nosotros proclamamos hoy el credo, al celebrar la eucaristía. Este cantico que está articulado en un lenguaje filosófico e intelectual de la época para expresar quien es Jesucristo, el hijo de Dios hecho hombre; con este hecho culmen, Dios mismo se hace presente en la historia. ¿Estás listo para recibirlo y celebrar su llegada?
Una de las maneras de celebrar este acontecimiento, es prepararnos para que Dios nos siga sorprendiendo: Dios hecho niño, es un mensaje que no podremos asimilar solo con nuestro razonamiento humano. Dispongámonos entonces, a contemplar su presencia, más allá de preguntas y argumentos del porque Dios actuó así. Observemos con calma el nacimiento de Jesus, abramos el corazón y permitamos que sea este, su pesebre. Retomemos la sencillez de las acciones de Dios y vayamos a llevar este misterio en y con nosotros mismo para hacerlo nacer en el corazón de nuestras familias y comunidades.
Renovemos con alegría y esperanza en esta navidad nuestra vocación misionera como Iglesia y llevemos a Cristo a otros que lo necesitan. Hoy Jesus niño nos muestra el camino de la sencillez y la certeza. Que las palabras de los ángeles resuenen en nuestra vida, familias y comunidades: “¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres (y mujeres) que gozan de su amor!”