La gracia de Dios lo acompañaba
Reflexiones sobre las lecturas de la presentación del Señor (2 de febrero, 2020): Mal 3,1-4; Salmo 23; Heb 2,14-18; Lc 2,22-40
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
La presentación del niño Jesus en el templo nos trae al recuerdo la profecía de Malaquías, en el antiguo testamento: “He aquí, yo envío a mi mensajero. El preparara el camino delante de mí. De improvisto entrara en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan (Malaquías 3,1) Esta llegada de Jesus al templo no pasó desapercibida, Ana y Simeón quienes estaban esperando el cumplimiento de la promesa, proclamaron desde su propio ser, la grandeza de ese momento.
La proclamación que hace Simon de Jesus “La luz que alumbra las naciones” inicio una tradición en el siglo VIII por medio del Papa Sergio I quien añadió a la fiesta una procesión donde se distribuyen y bendicen velas. Esta práctica se observa todavía en varios lugares y se conoce como la fiesta de la candelaria y se integra a la conmemoración de la fiesta de la Virgen Maria de la Candelaria.
Es importante hacer notar que esta fiesta de la Presentación de Señor es donde hace la primera aparición la sagrada familia en el Templo de Jerusalén, por mucho tiempo se conoció como la fiesta de la purificacion de la Santísima Virgen, ya que Maria por cumplimiento de la ley de Moisés se tenía que presentar en el templo para el rito de purificacion. Jose y Maria también llevaron también a Jesus para “dedicarlo” al Señor, como también lo señalaba lo señalaba la ley de Moisés. Es así que con el tiempo esta celebración se enfocó más en Jesus y empezó a conocerse como hasta hoy: La presentación del Señor
El Papa Francisco nos dice que todos los bautizados hemos sido también dedicados y aceptados en la familia de Dios a través de este sacramento. En cada uno de nosotros actúa la fuerza santificadora del Espíritu que nos ofrece y nos lleva a la misión. En Virtud del bautismo recibido, cada miembro del pueblo de Dios se ha convertido en un discípulo misionero. Cada bautizado cualquiera sea su rol en la comunidad de bautizados es un evangelizador.
Retomemos esta alegría hoy y en esta fiesta renovemos nuestro encuentro personal con Jesus en cualquier lugar y situación en la que nos encontremos. Que nadie se sienta excluido del plan de amor de Dios a través de Jesus. Que el Espíritu Santo renueve y fortalezca la gracia bautismal en nosotros, para que juntos con el salmista proclamemos con nuestra voz y acciones: “El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria.”