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Reflexiones sobre las lecturas de la conversión del apóstol San Pablo (25 de enero, 2019): Hch 22,3-16; Salmo 116; Mc 16,15-18
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
La iglesia nos propone hoy celebrar y reflexionar sobre la conversión del apóstol Pablo.
Hoy sería importante conocer más de este personaje, conocido como el apóstol de los gentiles cuya teología y acción misionera impacto transcendentalmente a la Iglesia desde sus principios hasta hoy.
Pablo era ciudadano judío y romano, hablaba arameo y griego. Como buen fariseo, persiguió a los primeros cristianos, a quienes catalogaba como una secta peligrosa para el judaísmo. Jesus fue al encuentro de Pablo a través de una visión cuando él se encaminaba a Damasco en persecución con los cristianos.
Su conversión fue total. A partir de ahí se convirtió en discípulo misionero de Jesus resucitado. Buscando siempre cumplir la voluntad de Dios y convirtiendo su vida en una oración y acción constante. Pablo tuvo un rol muy importante en el crecimiento de la primera Iglesia. Fue un gran teólogo que profundizo en el misterio de Jesus, el Cristo y nos dejó toda una reflexión a cerca de Jesus, su vida, obra, muerte y resurrección. Pablo predico incansablemente a Jesus crucificado y resucitado.
Pablo era un hombre de gran honestidad y rectitud, actuaba siempre de acuerdo con lo que creía. Discernía entre lo esencial, en lo que no podía ceder y lo circunstancial que podía adaptarse para avanzar y llevar el mensaje de salvación. Se sabía humano, instrumento de Dios, se hacia uno con todos independientemente de clases sociales o culturas.
Pablo realizo tres viajes misioneros y un último viaje como prisionero. Predico en asambleas, escribió cartas y vivió con las comunidades que fundo. Su presencia en la historia de salvación marco al cristianismo para siempre.
La conversión de Pablo nos debe llevar a reflexionar en varios puntos: primero, en nuestro propio encuentro personal con Jesus, segundo, en que Jesus está presente en cada una de las personas con las que nos relacionamos y tercero es que nuestro bautismo y caminar cristiano debe llevarnos al encuentro con los demás y como resultado de este encuentro a la integración y fortalecimiento de la comunidad cristiana hoy.
¿Cuál ha sido tu encuentro más significativo con Jesus? ¿Qué te dijo? ¿Cuál fue tu respuesta?