Para gloria de la virgen y consuelo nuestro, Proclamamos a Maria Santísima “Madre de la Iglesia”
Reflexiones sobre las lecturas de La bienaventurada virgen Maria madre de la Iglesia - (24 de mayo 2021): Génesis 3:9-15, 20; Salmo 87:1-3, 5-7; Juan 19:25-34
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Que ella, la primera discípula misionera, nos guie como Iglesia en salida al encuentro de los demás.
La virgen maría es madre de la Iglesia, madre de cada uno de nosotros. Las lecturas de hoy nos confirman como ella fue elegida por Dios desde principio de los tiempos: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.” (primera lectura del Genesis) hasta cuándo como madre de Jesus camino junto a él, para estar al pie de la cruz, momento donde su hijo nos la entrego como madre en la persona de Juan: “Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa” (lectura del evangelio de Juan.)
Maria fue proclamada solemnemente “Como madre la Iglesia” en el concilio vaticano II, el 21 de noviembre de 1964. Cuando la Iglesia celebraba la presentación de la Santísima virgen María y la conclusión de la tercera etapa del concilio.
En ese momento se presentaron tres documentos conciliares para su promulgación: El decreto sobre las Iglesias Orientales Católica; el decreto sobre el Ecumenismo; y, sobre todo, la Constitución Dogmática sobre la Iglesia "Lumen Gentium."
En este último documento conciliar fue integrado, gracias a la inspiración del Espíritu Santo, un estudio y reflexión sobre la presencia de Maria en la historia de salvación. cuyo título es: "La santísima Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia" El Papa Pablo VI llamo a este capítulo: “Vértice y coronación” de dicha constitución.
Esta fue la primera vez que un concilio Ecuménico presentó una "extensa síntesis doctrinal sobre María y su rol en el misterio de Cristo y de la Iglesia" El propósito del Concilio fue manifestar el rostro de la Iglesia, a la que María está íntimamente unida, y de la cual ella es, como nos decía san Ruperto: "la parte mayor, la parte mejor, la parte principal y más selecta"
Que hoy sea un día donde renovamos este rol de Maria como madre nuestra y madre de toda la Iglesia. Que ella, la primera discípula misionera, nos guie como Iglesia en salida al encuentro de los demás.
