Esta es la esperanza a la que estamos llamados
Reflexiones sobre las lecturas de la ascensión del Señor (24 de mayo, 2020): Hechos 1,1-11; Salmo 46; Efesios 1,17-23; Mateo 28,16-20
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Hoy celebramos y renovamos la esperanza Cristiana.
“Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” este domingo de la Ascensión del Señor, nos comparte un mensaje de confianza al recordar la entronización del Señorío de Jesus sobre toda la tierra.
Hoy celebramos y renovamos la esperanza cristiana de sabernos Iglesia en salida que lleva la buena nueva de Jesus a todas partes. Una Iglesia que, como cuerpo, es conformada de diferentes miembros, diferentes culturas, idiomas, razas y realidades; pero, unida por Jesus resucitado y glorificado como su cabeza.
En este contexto, la lectura de los Hechos de los Apóstoles nos ofrece el relato de la ascensión del Señor. Jesus asciende a los cielos y este hecho no significa el fin de la historia, como los discípulos pensaban, es totalmente lo contrario, este hecho es el comienzo del tiempo de la Iglesia, el tiempo que ha llegado a nosotros, el tiempo del testimonio, el tiempo de la acción. La ascensión del Señor es el momento del fortalecimiento de la esperanza, Pues Jesus nos promete que siempre estará presente con nosotros.
La carta a los Efesios hace una relación entre el señorío de Jesus, como el Mesías, con el entendimiento que cada uno de sus discípulos misioneros sobre esta esperanza cristiana a la que estamos llamados: “Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que están llamados.” Y a la vez reafirma que como Discípulos misioneros conformamos la Iglesia, la cual sigue haciendo presente a Cristo en el mundo a través de sus miembros y sus acciones.
El evangelio, nos trae en el final del relato de Mateo, el último encuentro entre Jesus y sus discípulos; las últimas palabras del Señor a su comunidad. Que maravilloso es darnos cuenta hoy en medio de tantas dificultades que Jesus esta siempre con nosotros.
Celebremos entonces, la ascensión del Señor, y renovemos nuestra esperanza, al saber que somos su Iglesia, sus discípulos, en medio de los cuales él siempre está y es nuestra cabeza y proclamemos confiados con el salmista: “! Tocad para Dios, tocad, ¡tocad para nuestro Rey!”