Lo proclamaran dichosos todas las razas de la tierra
Reflexiones sobre las lecturas de la Epifanía del Señor (5 de enero, 2020): Isaías 60,1-6; Salmo 71; Efesios 3,2-3a.5-6; Mateo 2,1-12
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
“A tu luz caminaran los pueblos y los reyes al resplandor de tu aurora” la llegada de Jesus que nos anuncia la navidad, es reafirmada en esta fiesta de la Epifanía del Señor. Hay todo un simbolismo en el pasaje de los hombres sabios, conocidos como reyes magos. Celebración que se realiza en muchos países, en especial en Latinoamérica.
Las lecturas de hoy nos llevan a reflexionar en la navidad, con una mirada más profunda. La llegada de Jesus, el Mesías, quien trae la salvación no solo para nosotros como cristianos, sino para el mundo entero.
Que esta manifestación de Dios en Jesus niño que se hace presente aquí y ahora nos permita encontrar el mensaje en tan especial momento: Que la estrella que guio a los reyes magos siga iluminado nuestro camino hacia el encuentro con él; que, así como Jesus encontró refugio en un pesebre, nosotros siempre encontremos refugio en el de lo inesperado de la vida.
Que los pastores que llegaron a adorar a Jesus, nos enseñen que la sencillez y la humildad es preferida de Dios. Que los reyes magos, quienes supieron utilizar sus conocimientos y reconocer en la estrella el anuncio de la manifestación de Dios en Jesus niño, anuncio que los llevo a salir de sus propias creencias y comodidades para buscar “al rey y adorarlo” sea hoy nuestro ejemplo e inspiración para decir si como discípulos misioneros y poner nuestros dones y nuestra vida para ir a periferias a llevar la alegría del evangelio.
Que hoy nos unamos al mensaje que san Pablo nos dejó en su carta a los efesios: La salvación de Dios a través de Jesus es universal, debe llegar a todo el mundo y no solo a los judíos. Demos también hoy gracias por misioneros como San Pablo, por los pueblos no judíos han aceptado a Jesus y se han convertido en sus discípulos. Que, en esta fiesta de la manifestación del Señor, estemos con los ojos abiertos y el corazón palpitante para darnos cuenta de que esta presencia es para cada uno de nosotros y todos aquellos que nuestro propio discipulado decida tocar. Unamos a la proclamando con el salmista: “Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.”
