Cristo es mediador de una nueva alianza
Reflexiones sobre las lecturas de El Santísimo cuerpo y sangre de Cristo (Corpus Christi) - (6 de junio 2021): Éxodo 24,3-8; Salmo 115; Hebreos 9,11-15; Marcos 14,12-16.22-26
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
La vida, pasión, muerte y resurrección de Jesus; son acontecimientos que, nos ofrecen la oportunidad de integrar como parte de la historia de salvación al Jesus histórico con el Jesus eucaristía...
Llegamos a la celebración del Corpus Christi, el cuerpo y la sangre de Cristo: “Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: "Tomad, esto es mi cuerpo." Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: "Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos.” En general los católicos concebimos esta solemnidad como la fiesta de “Jesus pan de vida” que inmediatamente nos refiere a la eucaristía, donde el cuerpo y la sangre de Cristo, son compartidos en la comunidad bajo las especies de pan y de vino; debemos aquí hacer un alto para “recordar” e incluir, en esta solemnidad, al “Jesus histórico” o sea al Jesus que vivió entre nosotros por más o menos 33 años.
La vida, pasión, muerte y resurrección de Jesus; son acontecimientos que, nos ofrecen la oportunidad de integrar como parte de la historia de salvación al Jesus histórico con el Jesus eucaristía y hoy es importante para nosotros mencionar y reflexionar en estos hechos para finalmente, poder rendirle una adoración eucarística más completa, profunda y con sentido misionero en especial en este día del “corpus Christi” como nos invita la Iglesia a través de la liturgia (Misal Romano en su numeral 3)
En cuanto a las lecturas, en el libro del Éxodo, es Moisés quien “tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo” esta alianza es sellada por un rito y forma parte de la historia de la fe, la historia de la salvación. Este rito es la prefiguración de la verdadera Alianza entre Jesus y su Iglesia. Nunca Dios ha abandonado al ser humano, siempre ha estado con nosotros hasta ofrecernos esa alianza final en Jesus, el Dios hecho hombre
Pablo en la primera carta a los hebreos continúa presentándonos a Jesus como el sumo sacerdote, el mediador. Quien nos ha redimido, unido y nos hace sus mensajeros, sus discípulos y constructores-herederos del Reino del Padre.
Finalmente, en el evangelio de Marcos, Jesus reafirma: "Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Dejándonos una afirmación de que formamos parte de proyecto universal. Pidamos a Jesus nuestro salvador, que nos une en comunión con el Padre y entre nosotros mismos, a través de su Espíritu, Que su presencia eucarística siga siendo alimento de vida y que junto a sus palabras y acciones nos ayuden a seguir en acción misionera.