Te hago luz de las naciones
Reflexiones sobre las lecturas del nacimiento de Juan Bautista. Solemnidad. (24 de junio, 2020): Is 49,1-6; Salmo 138; Hch 13,22-26; Lc 1,57-66.80
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Juan predico la conversión y el bautismo como fuente de arrepentimiento...
"Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso." Hoy celebramos la Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista, Precursor de Jesus, hijo de Zacarías e Isabel; el cual fue lleno del Espíritu Santo estando aún en las entrañas de su madre. Las lecturas de la liturgia de hoy nos ayudaran a reflexionar en la vida de Juan el bautista y también, a reafirmar porque él es considerado el ultimo profeta del antiguo testamento y por qué para nosotros simboliza la transición entre este, el antiguo testamento, y el nuevo testamento: Tiempo entre la ley y los profetas y el tiempo del Mesías.
Juan Bautista nació en un pueblo de Judea, el cual tradicionalmente se identifica como Ein Karem, hoy un suburbio de Jerusalén. Cada evangelio proporciona datos sobre la persona y la misión de Juan, aunque solo Lucas da detalles de su nacimiento y de su infancia. A través de estos, Juan es conocido en sus diferentes roles: como profeta, como predicador, como persona que bautizaba y testigo de Dios en el desierto. Su misión tiene su culmen en el bautismo de Jesus en el rio Jordán.
Juan predico la conversión y el bautismo como fuente de arrepentimiento, también fue fuerte crítico de los fariseos y saduceos. Juan, anuncio la llegada de uno que era “más poderoso que [él], cuyas sandalias no [fue] digno ni siguiera de atar» (Mateo 3:11), él también, señaló a Jesús como el “Cordero de Dios “(Juan 1:36). Algunos de sus seguidores, se convirtieron en seguidores de Jesus, y también parece que otros siguieron siendo sus seguidores, Pablo posiblemente encontró algunos de ellos en Éfeso (Hechos 19:1-7).
Finalmente, Herodes Antipas detuvo, encarceló, y ejecutó a Juan. Así murió el precursor de Jesus, unos dos años después de su ministerio público, y un año antes de la muerte de Jesus.
Que esta celebración de la vida y misión de Juan Bautista nos llene de su fuerza y fe para que se reafirme nuestra vocación misionera como discípulos de Jesus, y así, vayamos “al desierto” (que simboliza las periferias de nuestra existencia,) a llevar la buena nueva de Jesus. Que nuestra voz y acciones anuncien el Reino de la esperanza, la solidaridad, la justicia y el Amor. Para que esta labor permita la llegada de la buena nueva de Jesus a todos, especialmente a quien más lo necesita.