Venid, adoremos a Cristo, el hijo amado, en quien el Padre tiene sus complacencias
Reflexiones sobre las lecturas de El bautismo del Señor - (10 de enero 2021): Isaías 42,1-4.6-7; Salmo 28; Hechos 10,34-38; Marcos 1, 7-11
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Vayamos en este día que celebramos el bautismo del Señor a reflexionar y vivir nuestro propio bautismo. Escuchemos la voz de Dios en nuestro interior y en los signos de los tiempos.
"Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto." Llegamos a la celebración del Bautismo del Señor y con este hecho pasamos de la vida privada a la vida pública de Jesus. Hemos dejado atrás la navidad y nos adentramos en la liturgia y en el calendario del año.
La primera lectura del libro del Profeta Isaías nos habla del siervo de Dios y de cómo este ha sido asistido por el espíritu de Dios para llevar a delante su misión con el pueblo de Israel…” Hacer presente a Dios con su palabra y acción en su pueblo,” es decir que Dios instaura su justicia en medio de la debilidad del ser humano. Por lo tanto, a través del bautismo de Jesus, podemos reflexionar en nuestra misión como bautizados, la cual es también testimoniar esta presencia de Dios a través de cada uno de nosotros, Especialmente en momentos tan retadores como los que hemos estado viviendo en el mundo.
Un segundo elemento o comentario lo encontramos en la lectura de los hechos de los apóstoles, la intención de este texto es afirmar que el mensaje de salvación, experimentado y anunciado por Jesus es para todos. Lo único que pide es iniciar un proceso de cambio, de conversión. Todo bautizado “debe pasar haciendo el bien” solo así puede ser discípulo y testigo activo de la salvación. Cada uno de nosotros se vuelve agente de esperanza y cambio.
Finalmente, un tercer elemento nos lo presenta el evangelio de Marcos el cual es una identificación entre el bautismo y la obediencia al Padre. Juan el Bautista manifiestamente la íntima relación existente entre el Hijo de Dios y el proyecto del Padre. Esta obediencia y disponibilidad de Jesus al Padre, afirma su condición de hijo. Así Jesus en el bautismo recibe la confianza del Padre al elegirlo y también recibe al Espíritu para hacer de su misión una fuente de justicia y amor.
Vayamos en este día que celebramos el bautismo del Señor a reflexionar y vivir nuestro propio bautismo. Escuchemos la voz de Dios en nuestro interior y en los signos de los tiempos. Abramos nuestro ser a la acción del Espíritu y permitamos que nuestro discipulado y misión sean también fuentes de justica y amor. Para llevar así la alegría del Evangelio a las periferias, donde están los que más lo necesitan. Que el bautismo de Jesus nos lance a la misión, reconocidos como Hijos de Dios y en una Iglesia en salida fortalecida e inspirada por el Espíritu Santo.