Misión en la Escritura

Domingo I de cuaresma - 10 de marzo, 2019

Written by Equipo MISSIO | Mar 4, 2019 10:29:24 PM

 

La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón   

Reflexiones sobre las lecturas del domingo I de cuaresma (10 de marzo, 2019): Deuteronomio 26,4-10; Salmo 90; Romanos 10,8-13; Lucas 4,1-13

MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.

La cuaresma, nos trae a la memoria todas las historias bíblicas donde el número cuarenta es protagonista, especialmente nos recuerda los cuarenta días del pueblo de Israel en el desierto, en preparación a la llegada a la tierra prometida. También nos recuerda los cuarenta días de Jesus en el desierto, antes de comenzar su ministerio publico.  

El numero cuarenta en la biblia se nos presenta como “un tiempo especial y oportuno de preparación para…” La cuaresma en este sentido nos preparar para vivir el acontecimiento del Jesus histórico, al usar este término “Jesus histórico” biblistas y teólogos quieren hacer referencia al Jesus que estuvo en presente en medio de nosotros de manera física hasta la ascensión.  

La Cuaresma es un tiempo de preparación, como ya lo hemos mencionado; y como preparación es un tiempo para bajar la velocidad y hacer un alto en el camino y profundizar en la fe. La liturgia de la cuaresma nos ayuda a reforzar nuestra relación con Jesus. 

 Las lecturas bíblicas que se nos ofrecen durante este tiempo nos dan pautas para nuestra reflexión y conversión. Dado que la fe se expresa en el actuar y en la forma que nos relacionamos. La cuaresma debe ayudarnos a mejorar todos los aspectos de nuestra vida y hacernos mejores personas delante de Dios y en nuestras acciones con los demás.   

¿Has tenido que prepararte para algo por mucho tiempo? Todo acontecimiento importante requiere preparación. Hoy Jesus nos invita a todos a prepararnos durante los próximos cuarenta días para encontrarnos con el y celebrar juntos la vida sobre la muerte, la gracias sobre el pecado, la solidaridad sobre la indiferencia, la justicia sobre la injusticia; en fin, el amor sobre el odio.   

Comencemos pues este tiempo especial de salvación, ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero! Digamos no a las tentaciones de la actual cultura globalizada y digamos si al desafío de una espiritualidad misionera que nos lancé a presentar la buena nueva de salvación con un dinamismo que llevé sal y luz al mundo.