Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Reflexiones sobre las lecturas del Domingo de ramos de la pasión del Señor. - (28 de marzo 2021): Isaías 50,4-7; Salmo 21; Filipenses 2,6-11; Marcos 14,1-15,47
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
La semana santa es la semana de la pasión del Señor, es la semana que une el sufrimiento de Jesus a nuestra humanidad.
“Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: "Tomen, esto es mi cuerpo." Cogiendo la copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: "Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios." Llegamos hoy al domingo de Ramos, puerta de entrada a la celebración de la semana santa. Este año B leemos el relato de la Pasión del Señor según el evangelio de Lucas.
Este año donde el mundo ha sufrido, como resultado de la pandemia, ya sea por una situación personal, familiar, de trabajo, de salud o económica. volvemos a darnos cuenta de nuestra propia fragilidad humana. Esta semana las lecturas nos estarán recordando y nos ayudarán a reflexionar sobre el sufrimiento y la muerte de Jesus.
El relato de la pasión de Jesus une su sufrimiento a nuestro sufrimiento, al sufrimiento de los más necesitados de misericordia y solidaridad en nuestra sociedad: al sufrimiento del pobre, del enfermo, del inmigrante, del que se encuentra solo. Hoy debemos ser conscientes a la vez de que somos frágiles y que debemos ser solidarios con otros que sufren, a lo mejor mas que nosotros. Hoy como discípulos misioneros debemos de ser conscientes de nuestras limitaciones, sabernos que no tenemos el control de todo. Hoy debemos experimentar con Jesus en la pasión, el abandono en la misericordia del Padre.
¿Dónde como comunidad hemos aprendido a ser solidarios frente al dolor?
¿Dónde en la familia hemos aprendido a escucharnos y ser solidarios?
¿Dónde en nuestra realidad social hemos aprendido a escuchar el dolor e impotencia de los que sufren más?
La semana santa es la semana de la pasión del Señor, es la semana que une el sufrimiento de Jesus a nuestra humanidad. Démosle la oportunidad a que nuestro dolor e impotencia se encuentre hoy con el dolor y la impotencia de Jesus en la pasión. Abramos nuestra vida y permitamos que esto pase, y a la vez, comprometámonos a dejar este dolor en la misericordia de Dios, a crecer en solidaridad en Cristo con nuestros hermanos, a ser protagonistas de la vida y no de la muerte. Protagonistas de la luz y no de la oscuridad; protagonistas de la paz y no de la injusticia que trae la guerra.
Proclamemos hoy con el salmista: ¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?! Con la seguridad que tenemos un Padre misericordioso, que irrumpe en la historia hoy para caminar con nosotros.