El árbol se conoce por sus frutos
Reflexiones sobre las lecturas del Domingo 8 tiempo ordinario - (27 de febrero 2022): Eclesiástico 27,4-7; Salmo 91; 1 Corintios 15,54-58; Lucas 6,39-45
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Es necesario pues que este domingo retomemos nuestro discipulado con humildad y certeza para luchar contra nuestra propia incoherencia...
Las lecturas de hoy nos dan algunas pistas para encaminarnos y fortalecernos, no solo para prepararnos en la cercanía de la cuaresma, sino para continuar el proceso de conversión como discípulos misioneros, proceso constante y dinámico, que cada año la cuaresma, como tiempo especial, nos recuerda que hay una oportunidad para seguirlo y “volver a Dios”
La separación entre la teoría y la práctica, entre el decir y el hacer; ha sido un tema filosófico digno de atención desde antiguo. El pensamiento moderno cambio la situación en nuestra cultura occidental, dándole una fuerte valoración e incluso una fuerte preferencia a la praxis sobre la teoría; a la acción sobre la lo conocido, al hacer más que el decir; a la transformación de la realidad más que un análisis de ella.
Esta preferencia moderna sobre la praxis, a nosotros como discípulos misioneros, no debería parecernos como un pensamiento, ni manera de actuar novedoso. Tampoco debería sorprendernos, pues tenemos una historia, llamada historia de salvación, que nos atestigua que Dios es un Dios que interviene a través de acontecimientos, un Dios de hechos reales, un Dios de acción y no solo de palabra. Su misma Palabra se convirtió en acción y se encarnó entre nosotros: Jesus.
Este mismo Jesus, “profeta poderoso en obras y palabras” que sorprendía con su palabra y con sus hechos, es quien cumple la voluntad del Padre hasta la muerte y nos expresa claramente en varios pasajes de los evangelios que no todo “el que dice” sino “el que hace” la voluntad del Padre entrara en el reino de los cielos (Mt 7,21-23); que “los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad” (Jn 4, 23), y que si lo amamos a Él “practicaremos sus mandatos” (Jn 14,24).
Es importante que como discípulos misioneros entendamos la dimensión de este regalo de autenticidad del que somos herederos, regalo que es a la vez; compromiso liberador para nosotros y mensaje de esperanza para otros. No es posible creer al que se contradice con los hechos, al que obra de manera diferente de lo que dice con sus palabras. Por esa razón, la coherencia entre hechos y palabras es una enseñanza y exigencia de Jesus para nosotros sus discípulos.
Es necesario pues que este domingo retomemos nuestro discipulado con humildad y certeza para luchar contra nuestra propia incoherencia y así llevar el mensaje de esperanza a otros con nuestras palabras y acciones.