Muéstranos, Señor tu gloria y danos tu salvación
Reflexiones sobre las lecturas del Cuarto domingo de adviento (20 de diciembre, 2020): 2 Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16; Salmo 88; Romanos 16,25-27; Lucas 1,26-38
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Jesus niño, concédenos, a nosotros, en esta navidad experimentar tu protección y tu ayuda.
Llegamos al cuarto domingo de adviento, la navidad está a la vuelta de la esquina. Maria y Jose en espera de Jesus se acercan a Belén, después de días de viaje, donde buscaran hospedaje y refugio. Hoy junto a la sagrada familia recodamos a todas las personas que salen de su tierra por diferentes razones y se encuentra en situación vulnerable en otras tierras. Las Naciones unidas celebran el 18 de diciembre el día internacional del migrante y, en este contexto nos vale la pena retomar el mensaje del papa Francisco para la jornada mundial del migrante y del refugiado el pasado 27 de septiembre.
En toda la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual y/o colectiva de superar la adversidad y buscar una vida mejor. “Todos los migrantes tienen derecho a igual protección de todos sus derechos humanos. En este Día Internacional, insto a los líderes y a las personas de todo el mundo a que den vida al Pacto Mundial, para que la migración funcione para todos” (Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas)
Así también, el papa Francisco en la 106 jornada mundial del migrante y del refugiado, describió los retos de los desplazados internos en muchos países como un drama a menudo invisible y como la crisis de la pandemia del COVID-19 ha agravado esta situación. “este no es tiempo del olvido. Que la crisis que estamos afrontando no nos haga dejar de lado a tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas” (Mensaje Urbi et Orbi, 12 abril 2020).
Que esta navidad que ya nos llega, seamos más conscientes de la presencia de personas desplazadas e inmigrantes en el mundo y en especial las que están cercanas a nosotros y retomemos la voz del papa Francisco que nos dice que los desplazados, refugiados e inmigrantes son una oportunidad para encontrarnos con el Señor.
Jesus niño, concédenos, a nosotros, en esta navidad experimentar tu protección y tu ayuda. Regálanos tu espíritu para que podamos consolar y proteger a todos los hermanos y hermanas que, empujados por las guerras, la pobreza, la enfermedad y las necesidades, abandonan su hogar y su tierra, para ponerse en camino, hacia lugares más seguros. Padre ayúdalos, con tu presencia a tener la fuerza para seguir adelante, el consuelo en la tristeza y el valor en la prueba. Amen