Ahora puedes dejar a tu siervo irse en paz
Reflexiones sobre las lecturas de 5to. Dia de la octava de navidad (29 de diciembre, 2018): 1Jn 2,3-11; Salmo 95; Lc 2,22-35
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
La primera carta del apóstol Juan cuya finalidad la podríamos resumir con palabras del mismo autor: “para que nuestro gozo sea cumplido” (1 Juan 1, 4) entendiendo que este gozo surge de una relación íntima con el Padre.
Esta carta toca tres temas generales: El primero es la liberación del pecado, el segundo es el amor al prójimo y el tercero es la fe. En esta octava de navidad, la liturgia nos comparte textos donde nos presentan dos de estos tres grandes temas: La liberación del pecado y su signo más grande el amor al prójimo.
Hoy asistimos a la celebración de Jesus, el hijo de Dios, el hijo de la estirpe de David. Hoy Maria, la madre y Jose el padre terrenal, se hacen presente con Jesus, para cumplir con la antigua ley.
Hoy esta antigua ley, da paso a la nueva: ¡Aquel que David anunciaba en sus salmos mesiánicos ha entrado por fin en el templo! Hoy es el día en que Simeón es testigo del cumplimiento de la promesa hecha no solo al pueblo de Israel, sino a el mismo. Hoy asistimos al encuentro con el cumplimiento de la promesa de Dios a nosotros su pueblo: a todos y cada uno. ¡Jesus a nacido y esta entre nosotros! ¿Eres testigo del cumplimiento de esta promesa de Dios?
Reconocer a Jesus presente en nuestra vida, en nuestra familia y comunidad es el primer paso para ser su discípulo, hoy Jesus se nos presenta a nosotros que somos santuarios del Espíritu Santo, hoy tenemos la oportunidad de dar paso a la nueva ley, la ley del Amor de Dios.
Hoy Maria y Jose acompañan a Jesus, para quedarse y acompañarnos en todo nuestro discipulado misionero. Maria nos invita a decir si y Jose nos impulsa abrir en silencio nuestro corazón y nuestra mente para ser parte de este plan de salvación, sin muchas palabras, pero con nuestra activa participación.
En este tiempo de celebración donde el 2018 está por terminar, donde solemos hacer reflexiones sobre lo que ha pasado y vemos con esperanza lo que está por llegar y hacemos promesas de cara al futuro. Seamos conscientes de nuestra propia historia de salvación experimentando en ella, la fidelidad del amor de Dios y entremos en el nuevo año con la luz que alumbra a todas las naciones: ¡Jesus el Señor!