El que no está contra nosotros está a favor nuestro
Reflexiones sobre las lecturas del 26 domingo del tiempo ordinario (30 de septiembre, 2018): Nm 11,25-29; Salmo 18; Sant 5,1-6; Mc 9,38-43.47-48
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Llegamos al final del mes de septiembre y al domingo 26 del tiempo ordinario. Las lecturas de hoy nos ayudaran a reflexionar sobre un tema muy importante: Nadie puede ser excluido en la construcción del Reino de Dios.
Continuamos leyendo el evangelio de Marcos, quien el domingo pasado nos presentaba la discusión de los discípulos de Jesus sobre quien era más importante, mostrándonos así que ellos estaban pensando en lugares de privilegio. En el evangelio de hoy, Marcos nos presenta otro relato, el cual da continuidad al tema de entender mejor la misión, Esta vez nos revela el ansia de exclusividad de los discípulos, exclusividad que Jesus desafía, mostrándoles que el bien puede venir de muchos lados que “El que no está contra nosotros está a favor nuestro” y que, en la construcción del Reino, nadie tiene la exclusividad.
A lo mejor los discípulos habían olvidado que su pertenencia al grupo de Jesus, había llegado por invitación del mismo Jesus, quien los eligió, aun cuando no eran los mejores, ni lo más importantes de la sociedad. En este sentido se puede entender de qué otros pueden seguir siendo llamados.
El dialogo de Jesus con sus discípulos en el evangelio de Marcos, refleja también la realidad de la comunidad a la este evangelista escribía, una comunidad que sabía de exclusiones, pero a la vez tenía la tentación de caer en el exclusivismo. Minimizando así a Dios, su poder y su alcance. A través de los siglos podemos darnos cuenta de que hemos tenido esta misma tentación, la tentación de creernos únicos.
Finalmente, Jesus también exige a sus discípulos eliminar cualquier oportunidad de tropiezo que les impida ver y actuar a las personas con amor. Que nuestro discipulado misionero se renueve y fortalezca hoy. Que celebremos sabernos llamados por Jesus y demos o renovemos nuestro si, a esa llamada para llevar a otros este mensaje de salvación al que todos estamos llamados.
Que Maria la mujer del sí, discípula y estrella de la nueva evangelización interceda para que con humildad y ternura podamos aceptar que no somos los únicos en la misión de la construcción del reino de Dios en el mundo.