¿De qué discutían por el camino?
Reflexiones sobre las lecturas del 25 domingo del tiempo ordinario (23 de septiembre, 2018): Sab 2,12.17-20; Salmo 53; Sant 3,16–4,3; Marcos 9, 30-37
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
El servicio y la comunidad son dos fundamentos del reino que Jesus vino a anunciar: Un estilo de vida personal y comunitario.
El evangelio de Marcos nos presenta hoy a Jesus preparando a sus discípulos, no solo para enfrentar la pascua, sino para que, asumiendo estos dos fundamentos, la entiendan y la integren para su propio llamado como discípulos misioneros del Reino.
Jesus al escuchar la discusión de los apóstoles en el camino, sobre quién debe ser el más importante entre ellos, se da cuenta que no han entendido lo que es la misión. Entonces, él les habla sobre su propia pascua y les dice que la misión requiere un proyecto de vida encaminado a ser como niños, lo que significa: vivir abandonados en las manos de Dios Padre, no tener anhelos de grandezas, carecer de apego a los bienes materiales. En fin, un proyecto de vida que parta de la conversión y los lance al dinamismo del anuncio de que otro mundo es posible, un mundo que camine al ritmo de Dios.
Asumir la misión, ser discípulo misionero de este reino comunitario y de servicio es también un llamado a tomar un rol de liderazgo en la iglesia y en la sociedad. El liderazgo misionero promueve los valores evangélicos del reino como la libertad, el perdón, la solidaridad, etc. Valores que surgen y giran alrededor del amor. El líder misionero es colaborador y protagonista en la instauración del reino. El líder misionero se esmera para todos tengan una experiencia de Jesus, a nivel personal y comunitaria.
En la Iglesia, comunidad de discípulos misioneros, estamos llamados a ejercer un liderazgo comunitario y de servicio, a ejemplo de Jesus, donde unos a otros no apoyemos y facilitemos el desarrollo integral como personas y como comunidad. Poniendo nuestras capacidades al servicio de la misión. Este liderazgo misionero, debe inspirar y motivar a otros a crecer, descubrir sus dones y tomar su propio liderazgo.
Oremos hoy para que en nuestra Iglesia y comunidad florezca la enseñanza y experiencia de Jesus, para que ejerciendo y promoviendo un liderazgo a su estilo. Podamos crecer mutuamente en la experiencia del amor que comparte y acepta a otros con sus virtudes y retos no importando su raza, idioma o cultura.
