Misión en la Escritura

19 domingo del tiempo ordinario, 12 de agosto, 2018

Written by Equipo MISSIO | Aug 6, 2018 3:43:34 PM

 

Yo soy el Pan Vivo bajado del cielo

Reflexiones sobre las lecturas del 19 domingo del tiempo ordinario (12 de agosto, 2018): 1Re 19,4-8; Salmo 33; Ef 4,30–5,2; Jn 6,41-51 

MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.

El evangelio de este domingo nos lo presenta Juan en el capítulo 6, en esta narración el comienza contándonos los comentarios de algunos judíos, los cuales no creen que Jesus sea “el pan bajado del cielo” ya que estos conocen a Jesus, sus orígenes y familiares. 

Esta es una oportunidad que Jesus toma para hacer una catequesis sobre la fe en Dios y su rol en la historia de salvación. El discipulado misionero tiene como centro el reconocimiento de Jesus como Señor de la vida, que da la misma y la nutre, a través de él. La Eucaristía, que es el mismo Jesus, pan bajado del cielo, es por consecuencia, el alimento que nutre y fortalece en el camino. De enseñanza que Jesus da dio, podemos sacar tres razones hoy como parte de nuestra reflexión: 

Primero, la presencia y misión de Jesus no puede ser integrada en nuestra vida solo por un esfuerzo humano, sabiendo que es Dios el que sale al encuentro nuestro y nos regala el don la fe, es necesaria nuestra apertura y decisión de recibirlo y seguirlo en la persona de Jesus: Dios y Hombre 

Segundo, en Jesus se cumplen las promesas que los profetas habian anunciado en antiguo testamento, donde Dios se revelo a través de signos preparando su revelación plena en el mismo Jesus. 

Y tercero, en Jesus recibidos la vida a través de participar con él en su propia vida, muerte y resurrección. La vida plena está en reconocerlo como pan bajado del cielo, alimentarnos de él y caminar con fe, amor y esperanza. 

Que este domingo 19º del tiempo ordinario sea una oportunidad para recibir las promesas de Dios, compartidas recibidas a través de tantos que han participado en esta historia de salvación y que a través de nuestra apertura Jesus, llegue a nuestra vida y podamos decir “si’ a su invitación y nos convirtamos en sus discípulos. Discípulos convencidos que él es nuestro “pan de vida bajado del cielo” nos alimentemos de él y esta bendita relación nos lleve a compartir con otros esta alegre noticia.