Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba
Reflexiones sobre las lecturas del 13 domingo del tiempo ordinario (1 de julio, 2018): Sab 1,13-15; 2,23-24; Salmo 29; 2 Cor 8,7-9.13-15; Mc 5,21-43
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Las lecturas del este domingo 13 del tiempo ordinario, también llamado tiempo durante el año, nos presentan desde un marco de fe, temas como.
La creación, en especialmente la del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios; la vida, como regalo de Dios; la generosidad y el agradecimiento, como sentimientos surgidos de una reflexión-consciente y, finalmente la justicia, la generosidad y la solidaridad, como acciones consecuentes de este proceso de ser testigos-discípulos de Jesus.
En este contexto, las lecturas de hoy nos presentan elementos para reflexionar en el hoy de nuestras comunidades y hacerle frente a uno de los desafíos, que el Papa Francisco llama: “La globalización de la indiferencia” situación que casi sin darnos cuenta, nos ha hecho incapaces de responder ante el clamor de los otros, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos importa. Donde las realidades que se viven cerca y lejos de nosotros son una nada más “imágenes” que vemos sin alterarnos, ni solidarizarnos y mucho menos tomar acción para cambiarlas o mejorarlas.
Frente a esta realidad el discípulo misionero debe estar con “una mirada alimentada a la luz y con la fuerza del Espíritu Santo” para que con su acción evangelizadora pueda llevar la buena nueva de Jesus que, de aliento y esperanza, produciendo conversiones desde el corazón que lleven acción social, muestra de Justicia y solidaridad. Es preciso esclarecer aquello que pueda ser un fruto del Reino y también aquello que atenta contra el proyecto de Dios. Esto implica reconocer lo que da vida y fortalece la libertad y la dignidad del Pueblo de Dios en todas las dimensiones y rechazar lo que en contra de estas realidades.
Que en este momento histórico, como discípulos misioneros de Jesus, podamos llevar la alegría del evangelio a todos aquellos que más lo necesitan para que podamos integrar a los grandes avances de hoy; el respeto a la dignidad humana, a la creación, a la justicia, a la solidaridad y el amor. Recordando que “Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo los vivientes.”