Mira, ninguna mano, excepto la tuya

Posted by Padre Leo Perez, OMI del Equipo MISSIO on Aug 14, 2018 2:40:02 PM

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¿Crees que tu bautismo te da una misión?

¿Cómo estás haciendo discípulos de todas las naciones?

Una historia es contada de una estatua de Cristo que fue dañada en un bombardeo de la segunda guerra mundial en una ciudad del norte de Europa. Después de la guerra, la gente de esa ciudad comenzó a reconstruir y se preguntó qué hacer con su amada estatua de Jesús que había perdido sus manos. Cuando deliberaron cómo reparar la estatua, alguien se ofreció a hacer nuevas manos para Jesús. Pero después de la consideración, los lugareños decidieron que la estatua se quedaría como estaba, pero con una adición. Un letrero fue colocado bajo la escultura que decía: "Cristo no tiene manos, sino las nuestras."

Esta historia es una descripción adecuada de la misión de la iglesia en la que todos ejercemos un papel. Nuestro Señor Jesús ya no camina sobre la tierra como lo hizo hace siglos. Pero él nos ha dejado su Espíritu Santo para que nos guíe para que podamos continuar su misión de evangelización. Sin la cooperación de todos los cristianos, la obra de Cristo en la iglesia es disminuida. Por esa razón tomamos nuestras responsabilidades bautismales y nos convertimos en la voz de Cristo. A menos que lleguemos a los necesitados, el Ministerio de la caridad de la iglesia de Cristo cesará. Como ese signo que se agregó a la estatua nos recuerda: Somos las manos de Jesús en un mundo que necesita compasión y amor.

Sin embargo, sabemos que la misión de Jesús no es sólo nuestro esfuerzo humano, sino la obra de Dios. El término latino "Missio dei", que se traduce a "misión de Dios, " nos recuerda que la evangelización no es sólo un logro humano sino un proyecto divino que el Señor ha iniciado en nosotros. Dios nos amó primero (1 Juan 4:16) y así podemos y debemos compartir ese amor con los demás. Cuando nos permitimos ser guiados por el Espíritu Santo, entonces hacemos realidad la misión de la iglesia. Cuando permanecemos en unión con la Trinidad, a través de nuestras oraciones y buenas obras, entonces la obra de la iglesia se hace real a través de nosotros. Es como una iglesia que la Buena Nueva de Cristo continúa. Por esa razón el Papa Francisco enseña que es el pueblo entero de Dios quien proclama el Evangelio (Evangelium Gaudium III, 1).

En su discurso final a los apóstoles, Jesús dejó a toda la iglesia el mandato de "hacer discípulos de todas las naciones" (Mateo 28:19). Hacemos esto primero individualmente en nuestras familias y en nuestras comunidades, y luego compartimos su mensaje a todo el mundo. Aunque no todos somos libres de ser enviados a tierras extranjeras, todos somos capaces de participar en el trabajo de evangelización apoyando los esfuerzos misioneros en todo el mundo. Los misioneros de tiempo completo ya están trabajando duro. Apoyándolos, continuamos la obra de Cristo en el mundo. Estos siervos del Señor necesitan nuestras oraciones y nuestra cooperación para continuar la misión de la salvación.

Hoy recordemos que Cristo no tiene manos, sino las nuestras.

MISSIO ofrece cuestionarios tematizados en MissioBot para examinar su conocimiento religioso, y este blog de Padre Leo Perez, OMI para reflexionar sobre cuestiones de fe.

 
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