Todo es mejor con bluebonnets

 

¿Qué tiene que ver la congelación del invierno con las flores florecientes?

¿Cómo se relaciona eso con nuestras vidas de fe?

Una de mis aficiones favoritas es la jardinería. Me encanta cooperar con la naturaleza para producir algo hermoso como un campo de flores silvestres, un huerto o una arboleda que se puede disfrutar durante muchas generaciones. Algunos de los misioneros que conozco tienen la ventaja adicional de usar un proyecto de jardín no solo como pasatiempo o como complemento de su suministro de alimentos, sino también como una forma de aumentar los ingresos para su misión. Pero para mí es principalmente una forma de relajarse y disfrutar de la generosidad de la Tierra.  .  

Cuando se trata de plantar flores silvestres, mis favoritos absolutos son los Bluebonnets de Texas. Esta flor silvestre del estado pone una vistosa alfombra azul anual de flores a lo largo de los caminos y prados durante varios días en la primavera. Después de un invierno que es estéril, la nueva vida llega durante marzo y abril. Para mí, este hermoso ejemplo estacional de la belleza de Dios en la creación es también un signo de la Resurrección durante el tiempo de Pascua: nueva vida en Jesucristo, que fue crucificada y murió por nuestros pecados pero que ha resucitado entre los muertos. ¡Aleluya! (Lucas 24:46-47) 

Otras temporadas del año, además de la primavera, son igual de importantes si va a haber un espectáculo de flores de bluebonnet en Semana Santa. Todos sabemos que el invierno tiene su propia belleza especial con sus noches frías y silenciosas. Es durante estos tiempos incultos que las semillas de bluebonnet, que se liberan cuando se gastan las flores, deben tener su cáscara de semilla dura rajada por las presiones de los cambios de temperatura durante un congelamiento invernal. Si no hay un chasquido frío para romper la capa dura (o el buche de un ave para molerlo y luego soltarlo), entonces no habrá nuevas bluebonnets. El pasaje de la semilla de romper / morir a florecer / levantarse es un símbolo de nuestras vidas cuando entramos en el misterio cristiano del sufrimiento, la muerte y la resurrección.

San Pablo nos recuerda muchas veces que solo muriendo podemos vivir en la novedad de la vida (Romanos 6: 3-11). Él escribe en su carta a los Colosenses (3: 1-4): “… has muerto y tu vida está oculta con Cristo en Dios.” Lo que el más grande de todos los misioneros nos está enseñando es que si queremos encontrarnos con Jesús, entonces tenemos que morir a lo que nos aleja de él. No podemos ser esclavos de la oscuridad si queremos entrar en la luz de Cristo. 

Pablo menciona algunos obstáculos importantes para la fe cristiana a través de las Escrituras, y me gustaría mencionar algunos de ellos aquí. Sabemos que el pecado es parte de nuestra condición humana y estamos tentados a hacer lo que es contrario al amor de Dios y al prójimo. Para aquellos que están atrapados en el campo del pecado, el único remedio es pedir ayuda al Señor para renunciar a lo que no está trayendo la vida. Con la gracia de Dios, cualquier conversión del pecado es posible. Pero tienes que dejar que la dura cáscara del egoísmo y el pecado se rompa y dejar que tu antiguo yo muera para que puedas vivir para los demás y florezca de la manera que Dios quiere para ti

No permitas que los siguientes pecados te alejen de la vida en las alturas (2 Timoteo 3: 1-4). Pablo menciona que el egoísmo, la codicia, el orgullo, la arrogancia, el abuso, etc. nos alejarán de la luz. Estas cosas te roban la plenitud de la vida y te impiden un encuentro más profundo con Dios. No estás brotando o floreciendo si te involucras en estos vicios. Al contrario, sabes que estás floreciendo cuando experimentas momentos de fe, esperanza, amor, paciencia y constancia. No solo puedes sentir la alegría de la Pascua cuando estás inmerso en estas virtudes, sino que otros también se beneficiarán de tu vida

Dios está obrando en nosotros, ya sea que estemos en la temporada espiritual de primavera, invierno, verano u otoño. Floreceremos como seres humanos de la misma manera en que la naturaleza trae una nueva vida durante la primavera. Pero esto sucede solo después de morir a cualquier dureza de corazón que nos aleja del Señor. La Buena Nueva de hoy es que la resurrección de Jesús es más poderosa que el pecado, el sufrimiento o la muerte. ¡Aleluya! 

MISSIO ofrece pruebas temáticas en MissioBot para examinar su conocimiento religioso, y este blog del Padre Leo Pérez, OMI, para reflexionar sobre cuestiones de misión y fe.