¿Qué quiere decir "trinitario"?

¿Alguna vez piensas en la Trinidad?

¿Importa en tu vida diaria?

El teólogo, Karl Rahner, una vez escribió que la mayoría de los cristianos funcionan como "simples monoteístas" en lugar de vivir y creer como trinitarios. Su comentario invita a la reflexión. Por uno, ¿cuándo fue la última vez que dijiste la palabra "trinitario"?

Ese es exactamente su punto!

Tómese un momento para preguntarse: si decidiera olvidar la naturaleza trinitaria de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ¿cambiaría mucho en su vida? Puede que no, pero algo faltaría.

Mientras que la enseñanza de la Iglesia sobre la Trinidad tiene sus raíces en las Escrituras, fue formulada por el teólogo cristiano primitivo Tertuliano a partir de pistas en las Escrituras 200 años después de la muerte de Jesús. Este desarrollo teológico posterior es el fundamento de nuestra fe cristiana porque comunica la naturaleza de Dios: Dios es una comunidad. La naturaleza de Dios es relacional.

Los primeros teólogos de la Iglesia enseñaron que las tres personas únicas dentro de la Vida Divina de Dios son al mismo tiempo hechas una y permanecen tres por la misma naturaleza de esa relación. El amor divino los une y mantiene su integridad. El Vaticano II explica que en Dios, cada persona (Padre, Hijo y Espíritu Santo) es una mirada amorosa, una relación perfecta, un don total (Lumen Gentium, 1-4). Cada persona única se entrega completamente en amor pero, al hacerlo, no se pierde porque reciben el mismo obsequio completo del Otro. En cierto sentido, el dar y recibir que conforma la vida interior de Dios modela nuestras vidas en relación con toda la humanidad y con toda la creación.

En nuestro camino hacia la santidad, la Iglesia es una comunidad de creyentes que han escuchado este llamado y se han comprometido a hacer de esta unidad una realidad en sí mismos y en toda la familia humana (LG 1-4). Cuando estamos unidos de esta manera, reflejamos y hacemos presente la unidad suprema que existe en Dios, que es a la vez uno y tres. Los primeros maestros de la Iglesia usaron la palabra griega Perichoresis para describir esta actividad y relación trinitaria dentro de la vida divina de Dios. La palabra significa "bailar".

La teología incrustada en esta visión antigua está ganando popularidad nuevamente entre los teólogos y místicos contemporáneos porque los avances en la ciencia humana están afirmando la intuición trinitaria: la realidad es relacional. En el Libro del Génesis, Dios dice: "Creemos a la humanidad a nuestra imagen y a nuestra semejanza". Las ciencias humanas sugieren que el poder real que mueve los universos desde los átomos más pequeños hasta los planetas se encuentra en las relaciones entre estos cuerpos. O, en otras palabras, en el propio baile.

Esta comprensión cristiana única de Dios sugiere que la humanidad es invitada a una experiencia participativa porque Dios es un verbo mucho más que un sustantivo. La vida interior de Dios no es remota ni inaccesible. Se nos ha dado acceso a través de la persona de Jesucristo, la Segunda Persona de la Trinidad. Del mismo modo, estamos llamados a ser enviados, como Jesús, al mundo para estar en relación con él, para construir la unidad, para traer a otros a esta danza divina. Si, como escribe la teóloga católica Catherine LaCugna, "la doctrina de la Trinidad nos recuerda que en Dios no hay ni jerarquía ni desigualdad, ni división ni competencia, sino solo unidad en el amor en medio de la diversidad", entonces estamos encargados de un maravilloso mandato misionero.

¿Qué significa eso?

Bueno, digamos la palabra "Trinitario" unas pocas veces más. Dicen que si usas una palabra siete veces se convierte en una parte permanente de tu vocabulario. Para hacer que lo que significa la palabra se convierta en una parte permanente de nuestra espiritualidad ... participa, conéctate con tus vecinos. Sea un verbo más que un sustantivo. Dios es una relación sana. Esta es la misma naturaleza del ser, y la misma imagen y semejanza a la que estamos llamados. La palabra y lo que significa demuestra que una comprensión católica de Dios es diversidad total mantenida en perfecta unión. Tal revelación debería transformar todo.

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