¿Quién va al cielo? ¿Quiénes son la Comunión de los Santos?

¿Quién va al cielo?

¿Quiénes son la Comunión de los Santos?

Quien va y cómo uno llega al cielo ha sido durante mucho tiempo una pregunta en la mente de los creyentes. El joven rico lo preguntó y no le gustó la respuesta (Mc 10: 17-31, Mt 19: 16-30, Lucas 18: 18-30). Los descriptores consistentes del joven rico sugieren que fue tonto y se centró en sí mismo. Entonces, ¿deberíamos preguntarlo? ¿Es incluso la pregunta correcta?

Esta motivación no puede evitar operar bajo la suposición de que Dios selecciona a un número limitado de cristianos fieles (solo cristianos, o incluso católicos) que, después de su muerte, resucitarán para vivir con Dios en el Cielo. Estos salvados deben mantener un estándar riguroso de fe y comportamiento para no ser descalificados de este regalo. La gran tentación asociada con este enfoque es que puede convertir el significado de la vida en un concurso de "Te lo dije", donde los ganadores llegan a gritar a los perdedores como reyes y reinas en lo alto de la colina celestial. Esperemos que este no sea el cumplimiento que nuestro Dios creó para nosotros.

Si bien la calidad preocupante de esta soteriología (estudio de la salvación) se puede ver cuando se habla claramente, es probable que escuchemos o incluso contengamos algunos elementos de esta visión en la actualidad. Es importante luchar con esta idea debido a sus implicaciones diarias. Este punto de vista problematiza la naturaleza misma de Dios en quien confiamos que es amoroso y puede justificar menos comportamiento cristiano cuando se trata de aquellos que no comparten nuestras afiliaciones religiosas.

Una prueba de verdad útil para aplicar a cualquier idea teológica es determinar si podrías o lo dirías en una situación pastoral. Por ejemplo, ¿podría / podría decirle a un niño que está de luto que su padre no cristiano no está en el cielo? El Papa Francisco demuestra este examen teológico en su respuesta a la pregunta de un niño que vive en las afueras de Roma. (Puede ver el video de todo el intercambio al final de este blog).

A través de temblores y lágrimas, Emanuele le susurra al oído del Papa que su padre era ateo pero que era un buen hombre. El niño le pregunta a Francisco: "¿Mi papá está en el cielo?"

Después de escuchar la pregunta del niño y consolarlo, el Papa Francisco se compromete con la audiencia para ayudar a responder su pregunta profundamente personal y teológica. "Es agradable cuando un hijo dice de su padre que 'era bueno'", comienza. Luego pregunta a los feligreses reunidos, no retóricamente: "¿Crees que Dios podría dejar a un hombre como él lejos de Él? ¿Lo crees? Hay un murmullo inseguro en la multitud. "Más fuerte, con coraje", el Papa los desafía. Los feligreses reunidos dicen claramente: "¡No!"

El Papa Francisco continúa cuestionando y provocando las valientes respuestas de la multitud: "¿Dios abandona a sus hijos?" "¡No!" "¿Dios abandona a sus hijos cuando son buenos?" "¡No!" El Papa luego se dirige al hijo que sufre y concluye, "Aquí, Emanuele, esta es la respuesta".

En este intercambio y en otros lugares, el Papa Francisco ha llamado nuestra atención sobre la difuminación de algunos límites que consideramos sacrosantos. De quién pensamos que iría al cielo, sí, pero también quién podría ayudarnos a comenzar a vivir allí ahora.

En nuestras propias luchas diarias, es tentador convertir el significado de la vida en un concurso de suma cero, pero hay buenas razones para no desanimarse. Estamos rodeados por una gran "nube de testigos" o la "comunión de los santos" que incluye, pero no se limita a, el canonizado o incluso el cristiano. ¿Puedes ver esta creciente comunión a tu alrededor? ¿Lo estás buscando? ¿O estás centrado en la colina y gritando al final de los tiempos?

Cada uno de nosotros podemos descansar en la comprensión de que, acompañados y guiados por los muchos amigos de Dios, no tenemos que llevar solo lo que, en verdad, nunca podríamos llevar solos. En la comunión de la familia, los amigos, los vecinos y los muchos santos que ahora están en la presencia de Dios, estamos llamados a ser una nueva generación de santos que atestigua un significado de la vida más gratificante que "te lo dije".”  

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