El regalo de la sabiduría

 

¿Quiénes son nuestros mejores maestros?

¿Dónde podemos encontrar la sabiduría?

Una de las mejores cosas en la vida es la oportunidad de seguir una educación.  Qué bendición tenemos al poder aprender y desarrollar nuestros dones y talentos intelectuales. Lamentablemente, el derecho a la educación es un privilegio en el que muchas personas de todo el mundo no pueden participar debido a dificultades financieras. Nunca dé por dado las muchas formas en que Dios le ha enseñado y le ha permitido crecer y aprender. Agradezcamos a nuestro Señor y a todos aquellos a quienes él usa para influir en nuestras vidas para mejor.

Recuerdo con cariño mis años escolares y los maestros especiales que tuve en la vida. Ellos fueron las personas que me ayudaron a hacer nuevos descubrimientos y superar cualquier temor que me detuviera. Por ejemplo, mis maestros de catecismo me enseñaron a comprender la fe católica. Rezo por ellos aún y los recuerdo en mis intenciones durante el día. También tuve la suerte de tener padres que tomaron en serio su vocación de ser mis primeros maestros en la fe. El documento del Concilio Vaticano Segundo, Lumen Gentium (# 11) describe esta dimensión de la vida familiar como la Iglesia Doméstica, donde los padres muestran a los niños quién es Dios y luego enseñan con su buen ejemplo. Y Jesús fue, por supuesto, el mejor maestro que haya existido, ya que nos mostró el camino hacia el Padre. Continúa revelando las Buenas Nuevas a los que están abiertos a aceptarla. Hoy Jesús ofrece el don de la sabiduría a través de las Sagradas Escrituras y las enseñanzas de la Iglesia, lo que nos lleva a conocer las verdades divinas y alcanzar la vida eterna. Dios nos da el Espíritu de sabiduría para conocer y amar las realidades divinas.

Aun así, podemos apartarnos del camino que nos enseñaron nuestros educadores y nuestra familia. San Pablo escribió a los Efesios (Efesios 5:15): “Examinen, pues, con mucho esmero su conducta. No anden como tontos, sino como hombres responsables.”   Él estaba pastoreando a los cristianos de Éfeso a una vida reflexiva que lleva a la sabiduría. San Pablo les recuerda que sean personas guiadas por el Espíritu Santo para descubrir la voluntad de Dios. Él escribe: “Más bien llénense del Espíritu” (Efesios 5:18). Pablo quería que la Iglesia en Éfeso encontrara momentos tranquilos durante el día para ser reflexivos y así estar abiertos a ser guiados por la sabiduría de Dios.

Creo que los momentos más favorables que aprendí sabiduría fueron cuando lo vi practicado por esos maestros excepcionales y familiares que me ayudaron a formar. Estos héroes míos desarrollaron sus propias características humanas y luego las modelaron a otras. Dios todavía nos bendice con compañeros santos y nos guía para dar un buen ejemplo a los demás. Es en cooperación con los impulsos del Espíritu Santo que desarrollamos y compartimos la verdadera sabiduría.

Para cerrar, aquí hay un enlace a un poema de Mary Rita Schilke Korzan, escrito a su madre para agradecerle por todos los momentos no vistos que aprendió sobre la vida de ella. ¿Dónde vas a encontrar la sabiduría hoy? ¡Ábrete al Espíritu!

MISSIO ofrece cuestionarios tematizados en MissioBot para examinar su conocimiento religioso, y este blog del Padre Leo Pérez, OMI para reflexionar sobre preguntas de misión y fe.