Dar un silbado

 

¿Cómo tomas decisiones en tu vida diaria?

¿Cuya 'voz' te guía?

Mucha gente conoce el viejo cuento de Pinocho, el títere de madera que quiere ser un niño de verdad. La película animada de Disney de este cuento agrega algunas canciones especiales para resaltar la trama y enseñar a los más pequeños acerca de las opciones en la vida. En una de las canciones más optimistas de la caricatura, Pepito Grillo, el mentor y guía de Pinocho en la vida, canta: "Y siempre tu conciencia mandará". Él le dice a Pinocho que pida ayuda en cualquier momento que tenga problemas: "Dame un silbidito”. Esta melodía de niños felices está llena de una buena teoría moral de sólidas tradiciones éticas. Nuestra fe católica también tiene mucho que decir acerca de la conciencia moral que Dios nos ha dado para guiar nuestras decisiones. Las enseñanzas de la Iglesia sobre la conciencia están a la mano (solo da un pequeño silbidito y continúa leyendo) si queremos optar por el bien sobre el mal en nuestras acciones.

Hace un tiempo trabajé como capellán en una escuela secundaria católica durante casi 10 años, y me familiaricé con los adolescentes a medida que desarrollaban su pensamiento moral. Cuando los estudiantes se metían en problemas profundos debido a una regla escolar que habían roto, les preguntaba: “¿Por qué hiciste eso?”  Por lo general, la respuesta fue algo así como “No lo sé.” Creo que estos adolescentes, muchas veces marcados como revoltosos, no habían aprendido a reflexionar previamente sobre sus elecciones para deliberar lo bueno de lo malo. Los problemas podrían haberse evitado si no hubieran actuado rápidamente, sino que también hubieran pensado un poco antes de tomar decisiones.

La conciencia a veces se muestra en caricatura como una pelea entre un ángel en un hombro y el diablo en el otro hombro, que luchan para ganar a una persona a su lado. Prefiero la comprensión de la conciencia como un “mensajero que nos ayuda a discernir” (Catecismo de la Iglesia Católica 1718). Los seminarios católicos requieren cursos morales especiales para que los seminaristas puedan aprender la enseñanza liberadora de la ética católica romana. A continuación, se presentan algunos de los puntos principales que siempre se tratan en los cursos de seminario sobre moralidad.

El famoso Documento del Vaticano II conocido como Gaudium et Spes (Constitución Pastoral sobre la iglesia en el mundo actual) menciona que “En la profundidad de su conciencia, el hombre detecta una ley que no se impone a sí mismo, pero que le obliga a obedecer.  Siempre llamándolo a amar el bien y evitar el mal, la voz de la conciencia cuando sea necesario le habla a su corazón: haz esto, evita eso. Porque el hombre tiene en su corazón una ley escrita por Dios; obedecer es la dignidad misma del hombre; según esto, será juzgado.” (GS #16)      

“La conciencia es el núcleo y el santuario más secreto de un hombre. Allí está solo con Dios, cuya voz hace eco en sus profundidades” (GS #16). La mayoría de los católicos pueden relacionarse con la conciencia como un santuario, ya que saben que el santuario es el lugar sacrosanto en nuestras iglesias donde adoramos y celebramos la Eucaristía. Tal es la conciencia en cada persona, un lugar sagrado donde podemos escuchar la voz de Dios.

Pero es importante que uno eduque su conciencia antes de actuar sobre ella. Una persona debe tomarse el tiempo para aprender lo que las Sagradas Escrituras y la Iglesia enseñan sobre un tema. Damos a nuestra Sagrada Tradición de las enseñanzas magisteriales el beneficio de la duda cuando se trata de discernir la verdad.

El siguiente paso en la formación de la conciencia es consultar con las personas que son sabias y practicadas para vivir la fe. Luego debemos esforzarnos para orar y discernir sobre una acción antes de decidir actuar. Solo después de completar estos pasos, es que una persona puede decir que ha formado su conciencia. Nuestra fe también enseña que se debe seguir una conciencia bien formada.

Finalmente, dado que educar la conciencia de uno es un esfuerzo humano, debemos darnos cuenta de que la conciencia puede estar en error. Una persona, debido a circunstancias fuera de su control, puede creer que ha tomado la decisión correcta cuando en realidad está equivocada. A veces, este error se debe a que la persona era culpable y no hizo lo suficiente para educarse. A veces no es su culpa, como cuando la ignorancia invencible está en función.

No olvide dejar que las enseñanzas de la Iglesia y las buenas personas cristianas lo guíen a formar conciencias educadas. Como dice la canción: “Y siempre tu conciencia mandará.”

MISSIO ofrece pruebas temáticas en MissioBot para examinar su conocimiento religioso, y este blog del Padre Leo Pérez, OMI, para reflexionar sobre cuestiones de misión y fe.